MUEREN SIN LLORARSE
Voltaire, el temido, enemigo intelectual de la Iglesia católica de hace siglos, ahora olvidado, decía refiriéndose a monjes y religiosos católicos:
Se juntan sin conocerse
Viven sin amarse
Mueren sin llorarse.
Esto, verdadero o falso, suele ser un hecho bastante corriente en nuestra sociedad de Consumo. Donde los “productos – personas” son tan desechables como las latas de cerveza.
SE JUNTAN SIN CONOCERSE
Parejas que se juntan porque consideraron el uno o el otro que sería un buen negocio económico, ascenso social, ruptura de una soledad o simplemente goce sexual…
En una palabra utilizar al “compañero o compañera” en beneficio propio.
VIVEN SIN AMARSE
La ruptura sicológica o real son la consecuencia de la desilusión que el “otro” no era el instrumento adecuado para llenar sus esperanzas. Entonces la ruptura no es dolorosa sino una consecuencia natura,l porque no existía entre ellos sino una “utilidad” que ya no se llenaba. El Producto se desecha y se “compra otro”.
MUEREN SIN LLORARSE.
Quizá la muerte sea una liberación del “otro” esa pesada carga, esa “cruz” llevada penosamente por conveniencia social, económica o simplemente por falta de valentía para desecharlo.
Cierto, lo anterior es un análisis cruel, pero frecuente. No es el resultado de “estos tiempos”, porque ha sucedido siempre, aunque los nuevos hábitos de vida (culturales) influyan indirectamente sobre su frecuencia y desenvoltura.
En las ruinas de Pompeya se han encontrado mosaicos con la siguiente leyenda:
CAVETE CANEM
(¡CUIDATE DEL PERRO!)
Monday, June 22, 2009
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