
PODER
La lectura de una escalofriante narración hecha por un camionero argentino en una experiencia en esos prostíbulos cercanos al borde la gran carretera disfrazados de diversas maneras me aclaró con violencia la esencia del PODER.
Ciertamente como muchas de las palabras que encierran conceptos culturales matrices de nuestras formas actuales de vivir no solemos calibrar ni comprender como estamos sometidos a formas, en el fondo muy simples y aberrantes, de dominio por parte de unas pequeñas minorías yGrupos de Poder.
Ciertamente el PODER no es una invención moderna, sino algo que se formó desde que la horda primitiva se estructuró y jerarquizó con el fin de obtener efectividad como grupo.
He aquí la narración que disparó mi reflexión:
“Como muchos, debido a la pasada crisis de mi país, tuve que cambiar drásticamente de actividades para poder seguir manteniendo a mi familia. De un trabajo intelectual pasé a manejar un poderoso camión que no solo recorre Argentina en toda direcciones, sino que viajo por gran parte de los países limítrofes. Desde luego el camión no es mío, pero me resulta una buena fuente de trabajo lucrativo.
El cambio drástico de actividades no solamente fue cambiar impecables formas de vestir por ropas de trabajo frecuentemente manchadas de grasa, sino un cambio en todas mis condiciones relacionales y aun físicas.
Este preámbulo es necesario para que se comprenda la necesidad de narrar una experiencia traumatizante que he vivido hace poco tiempo.
Uno de los innumerables cambios que ha significado mi nueva vida ha sido el sexual. Un camionero como yo llegamos escasamente a nuestra casa y a la intimidad conyugal. El continuo manejo de la máquina y nuestra forma de vida y relaciones crean, supongo que en la mayoría de nosotros, una exacerbación sexual que aliviamos en los famoso prostíbulos al borde de los caminos que mi país aparecen como Whiskerías. Uno no solamente trata de aliviar su exacerbación sexual, sino de hacerlo en forma orgiástica y con frecuencia brutal.
Ese día mi comportamiento exaltado con la joven mujer que escogí fue muy exigente. Ella no me satisfizo y me quejé ante la administradora del lugar. Algo que parecía sin mucha importancia. La mujer me llevó ante los dueños. Ellos se disculparon y me ofrecieron otra mujer más permisiva y sumisa, diciéndome que tenían muchas quejas de la primera y que sería castigada. Hasta entonces no medí el significado que ello podía tener.
Estaba dispuesto a partir, cuando los amos del lugar, que ahora sé que se trata de poderosos narcotraficantes de drogas y mujeres, me invitaron a lo que calificaron eufemísticamente una disculpa pública a un buen cliente como yo.
Me condujeron al piso superior una larga galería con pequeños cubículos que pude darme cuenta eran las celdas de las asiladas, creo que puedo decir con certeza, esclavas. Todo era de cemento crudo con barrotes en todas las ventanas y parecía una prisión. Al final había una pieza desnuda grande y allí estaban formadas contra las paredes las numerosas mujeres del local, y el resto del personal. En el centro había una viga de madera con garfios. En ella pendía desnuda la mujer a la que yo había acusado. Quise protestar frente al inminente castigo que se iba a desarrollar, pero fui empujado contra el muro por dos de los hombres “de mano” del lugar.
Llegaron los Patrones. Se avanzó hacía la mujer un hombre con el torso desnudo Colocaron ante él un brasero con herramientas.
• Marta, dijo la Patrona, no ha cumplido las Reglas de nuestro negocio. Lo ha hecho en varías ocasiones. Ella sabe que el cliente “siempre tiene la razón”.
Todas sabéis que seréis castigadas como ella cuando no cumpláis con ello.
• Castígala, dijo dirigiéndose al verdugo, en todas sus partes femeninas que negó a nuestros clientes para que todas y todos sepan que es mejor sufrir un poco que ser castigada.
Lo que siguió fue una orgía tal de crueldad que no puedo describir.
Comenté a los esbirros que me sujetaban:
• Ella no podrá sobrevivir.
• Desde luego.
• ¿Qué harán con ella?
• Una más que irá a un basural me dijeron cínicamente.
Evidentemente que en cuanto me dejaron huí del lugar. Denuncié a la policía lo que había presenciado. Nunca fui citado a declarar, nunca se tuvieron en cuenta las denuncias que hice. Esta es la razón porque he escrito y difundido este relato.”
PODER parece ser una aspiración que en menor o mayor grado fascina a las personas.
Ciertamente ese deseo de Poder es diferente en cada persona. Incluso la mayoría, por su formación cultural lo mantiene a niveles muy bajos y juzga que se encuentra libre de este deseo. Por ejemplo, las mujeres culturalmente están
modeladas para someterse al Poder. Por lo tanto sus propias aspiraciones deben ser “negadas”, sublimadas o disimuladas. Esto no impide que ciertas personalidades lo desarrollen abierta y con gran dureza. Entre los varones que son tradicionalmente más fuertes se encuentra limitada esa aspiración al Poder por la estratificación cultural. Los estratos altos son aquellos que tradicionalmente pueden mostrarse públicamente como aspirantes a las diferentes fuentes de Poder. De nuevo eso no implica que personalidades fuertes de los estratos inferiores no aspiren públicamente a esas fuentes y lo puedan obtener legal o ilegalmente.
¿QUÉ ES Y EN QUÉ CONSISTE EL PODER?
Para comprenderlo en sus diversos aspectos siempre complicados y especialmente sofistificados en las culturas modernas tenemos que partir de sus orígenes más sencillos.
El Poder en su aspecto primario y más simple se generó cuando el ser humano comprendió y utilizó la instrumentalización. Es decir, la utilización de una cosa para obtener otra cosa. Cuantos cientos de milenios tardó en comprender que otro ser humano podía ser un instrumento para alcanzar o multiplicar las cosas que el obtenía es un misterio. Sin embargom esa relación apareció en forma espontanea entre aquellos que eran más débiles que él, porque para instrumentalizar parcial o totalmente a otro ser humano se necesita someterlo a la propia voluntad y desposeerle total o parcialmente de la suya.
Indudablemente la primera instrumentalización, como ocurre hasta el día de hoy , se da dentro de la propia familia. Más tarde el más fuerte del clan someterá a los más débiles a su dominio, luego a los prisioneros creando los principios de la esclavitud.
Según los grupos sociales se complican, se multiplican y, sobre todo cuando se crean las primeras ciudades en que su organización es la de una tribu simbólica y consensual, la fuerza y el vigor físico e intelectual fuentes de dominio se cambian y se sustituyen a través de medios políticos, económicos, religiosos… hasta el día de hoy en que la complejidad del Poder, sobre todo de su obtención, parece infinita. Ciertamente que el Dominio se obtiene aun de manera mucho más simple y directa: por la riqueza o por la fuerza de las armas. Los otros medios son subsidiarios o paliativos.
Ciertamente en nuestras culturas modernas el Poder individual se da en forma aparentemente controlada siendo mucho más eficaz en grupos minoritarios que se denominan elites de Poder. En este grupo existe un líder o un conjunto de líderes que mutuamente comparten el Poder no voluntariamente sino por mutua necesidad.
EL PODER IMPLICA LA ESCLAVITUD DE PERSONAS O GRUPOS EN BENEFICIO DEL QUIEN EJERCITA EL PODER.
Esa esclavitud puede ser real como se da en el caso de las dictaduras o simbólica e igualmente real en los hechos, por la conformación de leyes positivas y consensuales propias de cada grupo cultural.
Dada la naturaleza del Poder este solo se puede mantener con la violencia.
De nuevo existe una evolución hipócrita de la aplicación de esa violencia. Especialmente en los dos últimos siglos, la violencia del Poder se ha hecho vergonzante y se le ha dado características legales y democráticas. Esa hipocresía desaparece casi completamente revelándose su verdadera naturaleza en los regímenes llamados “de facto” o dictaduras.
La estructuración de nuestras sociedades desde la creación de la primera ciudad Hasta hoy se basa en el Poder. Pero toda nuestra sociedad tiene como matriz ese viejo Poder que apareció evidentemente en la familia.
El Poder de líder familiar reside de ordinario en el varón procreador. El dominio que ejercerá dependerá de su propia idiosincrasia. Podrá ser un dominio consensual, democrático o brutal. La brutalidad es la expresión de la violencia como método de dominio
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Quise colocar al principio de esta reflexión el brutal castigo y ejecución de una prostituta o esclava social anónima. En ella aparece claramente el ejercicio del Poder de sus Amos modernos. Ella, la víctima, es un instrumento que ya no sirve porque se rebeló. Va ser desechado. Pero tiene que ejercitarse en ella la violencia para que los otros instrumentos, “dominados” por el terror no se atrevan a actuar a la manera de la ejecutada.
Los Amos “pueden “demostrar su Poder porque en su clan mantienen el dominio por la riqueza y la violencia. Están al margen del Poder Legal porque su riqueza obtiene el dominio de jueces, abogados, policías y sicarios.
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