MAESTROS
He conocido en mi vida Maestros.
Maestros que hacen OBRAS MAESTRAS. No importa en qué. Puede ocurrir que sean cosas muy sencillas como un par de sandalias o un tapiz gigantesco como el de las Hilanderas, diseñado por Velázquez.
Maestros que hacían y enseñaban.
No Maestros que son enseñados por otros que aprendieron en libros para que a su vezellos enseñen por libros.
¿EXISITIRÁ TODAVÍA AQUELLA CLASE DE MAESTROS?
1936. Alboraya, un pequeño pueblo cercano a Valencia. Soy un niño de 8 años. Tres casas más allá de donde llegamos a vivir está el taller del “llanterner” (herrero). Es bastante chico y parte de su casa-habitación. Fragua, yunque, herramientas y muchos fierros. Suelo ir a contemplar su trabajo. Hace muchas cosas, pero me fascinan los clavos que fabrica. Intento tomar uno y me quemo. Tiene una máquina para cerrar tarros de conserva. Las gentes preparan en grandes tarros comidas para guardar y el los cierra. Todo su trabajo es preciso.
Son tres personas las que trabajan: el aprendiz un niño acogido muy pobre. Le da alimento y vestido. El oficial un hombre relativamente joven, que igualmente recibe la comida y alguna paga y el Maestro.
Inmediatamente advierto la jerarquía. El aprendiz ejercitará pequeños menesteres y trabajos durante años. Se le dejará en el transcurso de ellos ir haciendo algunas pruebas. Solamente, cuando el Maestro estime que puede ayudarle lo declarará Oficial, pero de grado ínfimo. Con su obediencia y dedicación irá conociendo los “secretos del Oficio” y llegará a primer Oficial.
Si los Maestros de la región, recomendado por su Maestro, aceptan uno de sus trabajos, “la obra Maestra” será aceptado como Maestro y tendrá derecho de heredar al Maestro o establecerse independientemente.
Este sistema de aprendizaje, en mis viajes por Europa lo pude observar años después vigente en pequeños lugares o bien resucitado en el Sur de Francia entre artistas. Ciertamente que ya en 1957 las escuelas técnicas estaban generalizadas y ese viejo método era considerado reliquia de la Edad Media.
El sistema en sí mismo encerraba, para los modernos, una forma de explotación, que, indudablemente variaba dependiendo de la calidad humana del Maestro. Sin embargo, ese duro aprendizaje de muchos años creaba Maestros fuera de serie porque atesoraban no solo su experiencia personal, sino la experiencia secular que se les trasmitía como “secretos del oficio”. Por ejemplo se suele ignorar que los grandes pintores de los siglos del Renacimiento, fabricaban ellos mismos sus pigmentos a través de experiencia centenarias que ahora nos son desconocidas.
En Asia y parte de África la tradición de los viejos Maestros continuó más tiempo que en Europa. ¿Existió alguna vez en América tanto del Sur como del Norte?
Personalmente pienso que las sociedades no retroceden y que el romanticismo del pasado traido al presente es siempre un fracaso. Somos personas de AQUÍ-AHORA. Sin embargo, las experiencias del pasado nos muestran nuestra ridícula concepción de la educación en que
EDUCADORES SIN NINGUNA EXPERIENCIA REAL Y PRACTICA ENSEÑAN TEORICAMENTE
A DISCIPULOS QUE NO LES INTERESA EN NINGÚN MOMENTO CREAR
UNA OBRA MAESTRA
SINO, SIMPLEMENTE, OBJETOS O CONOCIMIENTOS
CON LOS QUE OBTENGAN
MUCHO DINERO
AUNQUE SOLAMENTE SE TRATE DE SIMULACROS DEL ARTE O LA CIENCIA.
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Friday, July 09, 2010
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