
EL PADRE INCRÉDULO (Hindú)
Un joven viudo, vivía con su hijo, un niño de siete años, al que tenía una inmensa afección.
Una tarde, al volver a su casa la encontró totalmente quemada. En la cama, aun en llamas, descubrió horrorizado las cenizas de un cadáver. Estando convencido que no podían ser de otro que su hijo, lloró torrentes de lágrimas antes de proceder a los ritos funerarios.
Desde entonces siempre llevaba colgado de su cinturón un saquito admirablemente decorado con las pocas cenizas recuperadas de aquel cuerpo calcinado.
Sin embargo, contra todas las apariencias, su hijo no había muerto en el incendio. Los bandoleros que habían prendido fuego a la casa lo robaron para venderle como esclavo.
Al cabo de algunos años el niño consiguió escapar. Después de un largo viaje llegó al bosque en que se había criado y donde se había reconstruido la vivienda exactamente igual que la antigua. Ya era muy tarde en la noche, pero lleno de alborozo sin esperar golpeó en la puerta.
• ¿Quién es? Preguntó el padre desde dentro de la casa.
• Soy vuestro hijo.
• ¡Mientes! ¡Mi hijo murió hace años!
• Soy yo vuestro hijo
• Mientes. Él murió carbonizado y llevo sus cenizas pendientes de mi cinturón.
• ¡Nooo! Soy vuestro hijo.
• Mientes, mi hijo murió carbonizado en un incendio, hace años.
El hijo perdió el tiempo tratando de convencerle que se equivocaba. El padre rechazaba todas sus aseveraciones con la mano puesta en el saquito de cenizas.
Desesperado el hijo se alejó y no volvió nunca más.
El padre envejeció tristemente sin recuperar jamás al hijo que tanto había querido.
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Me pregunto cuantas veces a través de nuestra vida rechazamos por convicciones meramente teóricas una verdad que es evidente.
Esta conducta se denomina INFLEXIBILIDAD.
Comienza lentamente para terminar en la ancianidad como una verdadera manía que puede separarnos definitivamente de la “realidad” haciéndonos momias emocionales.
Los viejos taoistas chinos consideraban la flexibilidad en todos los aspectos como la virtud suprema.
Ellos la aplicaron en todos los aspectos humanos y crearon formas de vida muy hermosas.
Nosotros los occidentales nos inspiramos en la rigidez romana, así podemos ser muy buenos militares, arquitectos o ingenieros pero
MUY MALOS VIVIDORES
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