
Hace ya mucho tiempo escribí una serie de notas sobre suicidio y eutanasia.
Acabo de leer el blog de un amigo holandés que escribe sobre la eutanasia de otro amigo suyo que va tener lugar cinco horas más tarde del momento que escribe esa nota en el día de ayer. Dice que pocas horas antes estaba conversando con él, su hijo y su mujer y bebiendo un vaso de vino.
Su amigo padecía una enfermedad terminal cerebral y tomó la decisión de morir cuando aun conservaba, según parece, sus facultades mentales en buen estado.
Mi amigo holandés que describe esta situación en su blog no da muchos detalles, ni expresa sentimiento o emociones debido a esa característica propia de la educación germánica, aunque me es fácil adivinar, conociéndole, que estas han sido profundas.
Todo ello me ha conducido a revisar mis antiguas notas y tratar de darles una forma actual, aunque no he cambiado de puntos de vista.
Mi obvia reflexión pregunta:
¿El suicidio y eutanasia son rechazados como valoración cultural o como problema intrínsicamente humano?
El hecho de que no existan pruebas de que los otros mamíferos se suiciden implica que se trata de una decisión únicamente humana. Este hecho no es absoluto, porque es evidente que muchos animales enfermos dejan de alimentarse con ello aceleran su muerte. ¿Será su forma propia de eutanasia?
Cuando se comparan las culturas históricas se comprueba que algunas practicaban regularmente el suicidio y la eutanasia. Esto hace sospechar que el rechazo a esta práctica es igualmente de orden cultural. Al menos existe como tolerancia socialmente modelada, es decir, aceptable.
Sabemos que en pueblos primitivos los ancianos, aquellos que se juzgaban una carga para el resto, abandonaban el clan para perecer de hambre, víctimas de los animales de presa o congelados, como era el caso entre los esquimales. Otros lo hacían para lavar el deshonor propio o e quel caería sobre su familia, como entre los japoneses y chinos.
Además existe otra forma de suicidio: la inmolación ritual del héroe sacrificándose por su grupo o por un individuo aislado, la inmolación sacrificial purificadora tipo chivo expiatorio, o la de actual moda de los kamikaces político- religiosos.
Frente a lo expuesto la eutanasia que modernamente se reclama como un derecho electivo se genera debido a un mejor conocimiento de las enfermedades y sus consecuencias personales y familiares. Sin duda responde una evolución cultural lógica de un nuevo entorno sico-social y cultural.
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