¿ÉTICA EMPRESARIAL Y COMERCIAL?
Hace 52 años viajaba hacía Buenos aires en un barco, un paquebote casi recién inaugurado que se llamaba Cabo San Vicente y partió de Barcelona el último domingo de octubre de 1959.
El viaje para mí no fue muy agradable pues permanecía casi siempre mareado. Esto me impidió hacer en aquellos quince días de travesía muchas amistades. Sin embargo en ocasiones conversé con otros pasajeros, en mi mejor momento de lucidez que era al anochecer. Entre ellos me llamó mucho la atención la de un hacendado chileno
Este hacendado viajaba con toda su familia y volvía de un viaje de placer en Europa. Se lamentaba de viajar en clase “turista” (clase modesta) puesto que en su viaje de ida lo había hecho en primera clase con todas las comodidades.
Me contaba que volvía apenas sin dinero y que tan pronto llegase a Valparaíso telegrafiaría al administrador de su Fundo para que le enviase algún dinero.
En esa ocasión, no iba a ser la primera vez, mi pregunta obvia fue preguntarle que si había gastado todo el capital de que disponía ¿Cómo reemprendería la explotación de su predio.
Muy sencillo, me dijo, pediré un préstamo al Banco del Estado y con las cosechas lo reembolsaré
Acostumbrado aun a las viejas prácticas europeas este sistema me pareció aberrante
Era evidente que se podía trabajar duro, según me dijo y me dirían otros más tarde, ero para consumir el capital reunido tan pronto como fuera posible.
Era evidente para mí que no se utilizaban las utilidades como reinversión de mejora o capitalización.
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Ya en Chile pude darme cuenta de que el sistema en esos tiempos era trabajar con capitales ajenos generalmente conseguidos por influencias político-bancarias.
Instalado en Valdivia meses más tarde tuve otra experiencia directa que me ha hecho reflexionar aun cincuenta años más tarde.
Fui a comprar madera en una Barraca. El dueño de la Barraca me atendió y observando mis conocimientos me dice de repente:
¿Por qué no se dedica al negocio de la madera?
Carezco de capital.
Pero eso es muy simple. Con sus buenos antecedentes puede conseguir un libreto de cheques del Banco del Estado. Luego recorre los campos de la costa donde todavía existen manchones de flora natural. Escoge el que le convenga más. Lo paga con cheque a fecha lo mismo que a los trabajadores. Contrata una barcaza, trae sus árboles a Valdivia, los vende y cubre todos sus cheques. Así irá formando su capital.
Le día las gracias por sus consejos que para mí eran una estafa, pero que para él (posiblemente años atrás utilizó el método) eran perfectamente legales.
Indudablemente se me proponía trabajar con capitales ficticios y de papel.
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Desde luego el sistema financiero chileno ya no es tan rudimentario, pero a la luz de los escándalos últimos del RETAIL muestra una tendencia sostenida a una falta de ETICA empresarial y comercial notables.
Un amigo posee un comercio pequeño y muy activo. En una de las frecuentes crisis entre los vendedores ambulantes y el comercio establecido me confidencia, que él mismo proporciona la mercadería a los vendedores ambulantes. No me dice si en la Cámara de Comercio es uno de los que incita a la persecución policial de esos mismos vendedores a los que proporciona la mercadería.
La mentalidad empresarial chilena parece estar calcada en la mentalidad de los viejos colonizadores españoles.
Los colonizadores de cualquier tipo siempre se han caracterizado por su mentalidad extractiva.
Los países conquistados y sus habitantes son MEDIOS DE ENRIQUECIMIENTO PERSONAL a corto plazo. Por ello su obsesión por el oro y plata.
Esta mentalidad primaria del colonizador, obtenida la Independencia de de la Colonia es heredada por el criollo. Solamente que no va dirigida esencialmente para llevarse las riquezas obtenidas sino para aumentar su Poder personal.
El desprecio del colonizador por los colonizados, pasa al criollo empresario o comerciante y va dirigida hacía los estratos poblacionales de escasos recursos y asalariados. Ellos, en su concepto, están destinados a enriquecerle por medio de la extracción de parte de sus recursos.
Existen dos maneras obvias y sencillas (entre otras más exactivas) de enriquecimiento injusto. Se han dado en todos los tiempos y países. Se trata de
PAGAR SALARIOS ESCASOS POR EL TRABAJO REALIZADO
VENDER CON TASAS EXCESIVAS LOS PRODUCTOS DE PRIMERA NECESIDADD
Evidentemente que los presupuestos anteriores pueden indicarnos esa escasa ÉTICA empresarial y comercial que solamente se puede desarrollar
ENTRE IGUALES.
No existiendo esta igualdad el Estado, el Gobierno, debe regular la justicia del intercambio
Cuando un Gobierno se muestra incapaz de realizar este equilibrio
necesario para el bien común y la paz social, si ello no ocurre
ese Gobierno solamente se mantendrá por la
VIOLENCIA LEGALIZADA.
Thursday, November 03, 2011
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