Tuesday, April 13, 2010

circo




CIRCO DE LAS ESTRELLAS

Veo con interés el nuevo programa de TVN “Circo de las Estrellas”.
Lo que más me admira en él especialmente, en algunas de las presentaciones, es la calidad de ellas por personas que han aprendido ejercicios difíciles en poco tiempo, máxime teniendo en cuenta que los actores circenses lasaprendieron desde su temprana edad.
Lo anterior es algo obvio que todas las personas lo comprenden.

Lo que no es tan obvio es cuando se sabe que para acrobacias de la calidad y perfección que se demuestran en ese espacio se suele necesitar una flexibilidad muscular y fuerza a la que muchas de esas personas no estaban acostumbradas. Menos en el poco tiempo que tuvieron de aprendizaje.

Las consecuencias que saco es la demostración de la capacidad que todos podemos desarrollar capacidades enormes cuando tenemos un Maestro adecuado y bien capacitado, junto con una decisión completa para adquirirlas.

Yo mismo a los 82 años puedo dar una patada a la altura de un metro setenta, moverme con agilidad… Tampoco es casual, sistemáticamente hago un entrenamiento diario para mantenerme flexible. Me gusta demostrarlo, no para pavonearme personalmente, sino para animar a personas maduras a que tengan, en lo posible, una ancianidad mejor y que no se resignen a caminar más tarde con bastones. Personalmente no sé cuanto durarán mis capacidades, trato solamente (muchas veces con dolor y esfuerzo como esos aficionados circenses) mantener mi cuerpo en buenas condiciones.
Lo aprendí hace muchos años por el conocimiento de ancianos que demostraban un poco eso que dice la propaganda:

EL ENVEJECIMIENTO ESTA, SOBRE TODO, EN LA MENTE.

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Friday, April 09, 2010

proyecciones

PROYECCION

Nuestra vida de relaciones humanas sería más fácil y agradable si no se tuviese la deformación síquico-cultural de Proyectar en el “otro” nuestras malas experiencias internas o tenidas en el transcurso de nuestra vida cono otras personas.
Es como si tuvieses un número limitado de modelos internos para aplicar a aquellas personas con las que nos relacionamos y que no podamos verlos
TAL COMO SON ELLOS

Sino tal como han sido nuestras experiencias personales con otras personas.

Me parece que esta actitud está cada vez más generalizada, probablemente debido a los medios de comunicación masivos que así estandardizan sus comunicaciones y las convierten en MERCANCIAS. Nosotros hacemos algo parecido con nuestras relaciones las marcamos con un signo para poderlas aceptar o rechazar más fácilmente.
Ciertos “modelos” nos los proporciona el medio ambiente en que nos desarrollamos. Son fijos y determinantes. Otros los creamos a base de nuestra múltiple experiencia. Lo que es más grave es que muchos son fruto, no de nuestra experiencia consciente, sino de nuestras represiones y Frustraciones Personales.
Proyectamos sobre el “otro” aquello que deseamos y que reprimimos sabiéndolo o no. Podemos decir y opinar de alguien que es “deshonesto”, justamente porque es algo que disimulamos o reprimimos en nosotros mismos. Estas afirmaciones asertivas no son el resultado de una comprobación real, sino se dan como ciertas y verdaderas. Incluso se intentará razonarlas y presentarlas como certezas no siendo otra cosa que
OPINIONES O CREENCIAS PERSONALES
de ¡quien las emite!

Así, quien más, quien menos, va creando a su alrededor un conjunto de Fantasmas Irreales, escapados de su propia imaginación a los que amará o detestará según las circunstancias.
Digo “fantasmas” porque ya no solemos relacionarnos con personas de carne y hueso con defectos y virtudes, sino con seres de nuestra creación personal.

Todo lo que vengo analizando se hace patético en la ancianidad de forma demasiado generalizada. Observo en mis relaciones en muchos de mis coetáneos (yo también soy un anciano) que pasan sus últimos día profundamente amargados, llenos de odios, atormentados por esos fantasmas que ellos han creado y que en sus últimos días suelen tomar en sus mentes proporciones gigantescas.
Pondré un ejemplo muy común. El anciano/a que tiene una pérdida de memoria y que olvida donde coloca sus objetos. Frecuentemente no sólo dirá que se los han robado, sino que acusará con todo detalle a uno o varios de sus “fantasmas” habituales de haber verificado el robo... En algunos casos, acusarán a personas aun cuando ellos vivan en otra ciudad.
¿Locura senil? En algunos casos, si. En otros no es tan seguro, aunque se parezca.

Veo con tristeza esos odios de los ancianos hacía personas, familiares muchas veces, hijos… a los que declaran casi como monstruos al proyectar sobre ellos aquellas cosas que ellos realizaron en su juventud o, simplemente que desearon realizar.
Son los perros de Tindalos que desgarran amargamente su emocionalidad y cubren de tristeza y rabia sus últimos días.