Monday, October 25, 2010

gobernante



ESTADISTA - GOBERNANTE


ESTADISTA
De ordinario no se piensa la diferencia entre Estadista y Gobernante. El Estadista es de ordinario un Gobernante que tiene una visión amplia sobre lo que quiere realizar para su país, con una visión en que sus determinaciones del presente van incluidas en un plan más amplio que se extiende hacía el futuro.
Los estadistas son una especie rara y, generalmente, poco comprendidos por las gentes de su tiempo que desean soluciones inmediatas limitadas en un presente inmediato. Si la s determinaciones que se toman para un largo TIEMPO disminuye las ventajas que se piensan tienen que ser inmediatas, son impopulares y rechazadas.

GOBERNANTE
El Gobernante es ante todo un Administrador. Alguien que soluciona los problemas inmediatos rápidamente y con eficiencia según los medios que dispone en el momento. Un buen administrador suele gozar de más popularidad que el Estadista porque raramente exige algún tipo de sacrificio con vista al futuro.

Entre los Gobernantes existen muchos tipos. El más triunfador es el Populista que dilapida alegremente los bienes del Estado en un despliegue de dádivas populares que le hacen muy simpático entre sus conciudadanos.
Cercano al Populista está el que actúa como los médicos. Ante cualquier problema, sobre todo de orden social, se apresura a buscar soluciones populares e inmediatistas que causen tranquilidad y la impresión que el problema se ha resuelto ya que han desaparecido los síntomas del mismo,

¿QUÉ GOBERNANTES HEMOS TENIDO LOS ÚLTIMOS 20 AÑOS?

¿QUE GOBERNANTES TENEMOS HOY?

Friday, October 08, 2010

एल trascendente

DIOS O EL TRASCENDENTE

¿Existe Dios, Un Ser Trascendente más allá de las religiones y sus “creencias?
Para la mayoría de las personas actuales es como si las afirmaciones sobre Dios les pareciesen verdaderas y falsas a la vez.
Lo anterior se debe a que las formas religiosas están muy lejanas de la mentalidad actual y de los conocimientos modernos.
En sus descripciones aparecen elementos anacrónicos, infantiles y supersticiosos dentro de un ritualismo rígido que se impone con solo el criterio de una autoridad jerárquica.

Hay que tener en cuenta que todas las religiones teístas se basan en una intuición primaria de los seres humanos que postulan un Ser Superior y universal.
Como toda intuición primaria, se asemeja a un “sentimiento” indefinible e indefinido. Además se funda en una paradoja, porque todo aquello que nos trasciende es incognoscible por naturaleza, sino ¡no sería trascendente!

El Ateísmo en la actualidad nos resulta anticuado y propio de los fanáticos antirreligiosos de los dos últimos siglos.
Se aceptan sus críticas de esas descripciones de Dios propias de la Biblia y otros sistemas religiosos en los que la divinidad aparece con atributos humanos, en ocasiones, poco acordes con nuestras actuales concepciones sobre figuras totalitarias. El Dios sátrapa tiránico oriental se ha tratado de dulcificar con la imagen de paternidad.

A través de la historia han aparecido concepciones teístas moderadas que sin postular directamente una divinidad y, menos aun, describirla como persona, la suponen como principio ordenador del mundo.

La ciencia occidental en los siglos pasados cercana al ateísmo, en la actualidad es mucho más prudente a la luz de los nuevos conocimientos y suposiciones en los campos de la Física y Cosmología. La mayoría se refugia en un cómodo agnosticismo, es decir, ni se puede negar ni afirmar un Ser Trascendente.

Las nuevas aproximaciones científicas en búsqueda de e la Realidad nos hacen pensar en cosas tan difíciles de comprender fuera de en los teoremas matemáticos, como el no-tiempo y no-existencia antes dela Explosión Primaria. Parece que nos dirigimos a comprender el Trascendente, no como un Ser sino como una Totalidad aproximándonos de nuevo a una especie de Panteísmo moderno.
Ni que decir tiene que muchas sectas nuevas se han tratado de apropiar de estas concepciones científicas dándoles caracteres de “creencias” en las que han fundado sus Movimientos tal como muchas derivadas de la New Age.

Las religiones tradicionales deberían no arrogarse totalitariamente el manejo de las verdades que postulan que contienen, en muchos aspectos, una sabiduría útil. Sería deseable que se autodepurasen desechando infantilismos arcaicos, tabúes y miedos y, sobre todo no querer imponer fuera de sus adeptos sus concepciones con el pretexto que son las únicas “naturales, universales y morales”, lo que es una Desmesura inaceptable.

एल trascendente

DIOS O EL TRASCENDENTE

¿Existe Dios, Un Ser Trascendente más allá de las religiones y sus “creencias?
Para la mayoría de las personas actuales es como si las afirmaciones sobre Dios les pareciesen verdaderas y falsas a la vez.
Lo anterior se debe a que las formas religiosas están muy lejanas de la mentalidad actual y de los conocimientos modernos.
En sus descripciones aparecen elementos anacrónicos, infantiles y supersticiosos dentro de un ritualismo rígido que se impone con solo el criterio de una autoridad jerárquica.

Hay que tener en cuenta que todas las religiones teístas se basan en una intuición primaria de los seres humanos que postulan un Ser Superior y universal.
Como toda intuición primaria, se asemeja a un “sentimiento” indefinible e indefinido. Además se funda en una paradoja, porque todo aquello que nos trasciende es incognoscible por naturaleza, sino ¡no sería trascendente!

El Ateísmo en la actualidad nos resulta anticuado y propio de los fanáticos antirreligiosos de los dos últimos siglos.
Se aceptan sus críticas de esas descripciones de Dios propias de la Biblia y otros sistemas religiosos en los que la divinidad aparece con atributos humanos, en ocasiones, poco acordes con nuestras actuales concepciones sobre figuras totalitarias. El Dios sátrapa tiránico oriental se ha tratado de dulcificar con la imagen de paternidad.

A través de la historia han aparecido concepciones teístas moderadas que sin postular directamente una divinidad y, menos aun, describirla como persona, la suponen como principio ordenador del mundo.

La ciencia occidental en los siglos pasados cercana al ateísmo, en la actualidad es mucho más prudente a la luz de los nuevos conocimientos y suposiciones en los campos de la Física y Cosmología. La mayoría se refugia en un cómodo agnosticismo, es decir, ni se puede negar ni afirmar un Ser Trascendente.

Las nuevas aproximaciones científicas en búsqueda de e la Realidad nos hacen pensar en cosas tan difíciles de comprender fuera de en los teoremas matemáticos, como el no-tiempo y no-existencia antes dela Explosión Primaria. Parece que nos dirigimos a comprender el Trascendente, no como un Ser sino como una Totalidad aproximándonos de nuevo a una especie de Panteísmo moderno.
Ni que decir tiene que muchas sectas nuevas se han tratado de apropiar de estas concepciones científicas dándoles caracteres de “creencias” en las que han fundado sus Movimientos tal como muchas derivadas de la New Age.

Las religiones tradicionales deberían no arrogarse totalitariamente el manejo de las verdades que postulan que contienen, en muchos aspectos, una sabiduría útil. Sería deseable que se autodepurasen desechando infantilismos arcaicos, tabúes y miedos y, sobre todo no querer imponer fuera de sus adeptos sus concepciones con el pretexto que son las únicas “naturales, universales y morales”, lo que es una Desmesura inaceptable.