
sino el gozo de estar vivos y vivir el último periodo con un corazón ligero amando lo que nos rodea por más mezquino que nos parezca.
Más allá de ello está el darnos cuenta que toda nuestra vida ha sido un juego y que el juego, solamente tiene razón en sí mismo.
Entonces aceptaremos humildemente crearnos juguetes y juegos sabiendo lo que son y su utilidad para librarnos de la angustia, del miedo y darnos un objetivo sencillo aun siempre a nuestro alcance aunque sea trabajando en
Mis posibles lectores se rebelarán, más o menos furiosos, y gritarán que ellos en forma alguna se consideran así. Ciertamente porque eso es demasiado terrible y es mejor disfrazarlo, en último caso, con enfermedades o algún embellecimiento cultural. Ello no implica para que todo y con frecuencia nos afirme que ya-no-somos-útiles –para-nada.
Esto es tan verdadero que en casi todas las familias se dice hablando
En tiempos remotos, cuando no existía la información, ni siquiera escrita, los viejos eran los portadores únicos de toda la sabiduría del clan y la tribu. Esa era la razón por la que eran culturalmente tan valiosos.
En el presente estamos de más.
Frente a esta realidad cultural en que vivimos, los ancianos tenemos que remodelar nuestra última etapa de la vida.
Se dice que la ancianidad es una nueva niñez. Suele ser un eufemismo para describir a los ancianos que han perdido parte de sus capacidades especialmente las mentales. Sin embargo, puede haber mucho rescatable en ello si sabemos aceptar nuestras realidades nuevas e interpretarlas como un punto de partida para remodelarlas.
Puede ser la vuelta a la simplicidad de la vida mirándola a través de nuestra experiencia como esa tragicomedia que suele ser y dándonos cuenta que
LOS ANCIANOS Y SUS JUGUETES
Ser anciano y vivir con alguien de parecida edad, para mí es una fuente de reflexión útil e interesante.
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Empecé a relacionarme con Internet y los computadores hace siete años. Tenía 74 años. Hacía tiempo que quería aprender, pero no tenía la máquina y lo que era más importante me sentía en emocionalmente como los analfabetos. Por fin me decidí aprendiendo como auto didacta y más tarde me facilitaron un viejo y defectuoso computador que me sirvió, paradójicamente, a través de sus problemas a aprender mucho más. Hoy a los 81 años me muevo con cierta facilidad en ese mundo tan familiar ya a jóvenes y niños
Desde luego, casi desde el principio, me dí cuenta que para mí todo este aprendizaje era un juego. El computador un juguete.
Sin duda un juguete muy útil, porque me obligaba a un tremendo ejercicio mental de memorizar, relacionar, investigar… que de ninguna manera podría ejercitar, hasta el día de hoy, sin él.
Como todo juguete, el computador puede ser adictivo y pierde gran parte de su eficacia. Para mí no lo ha sido. Por tanto es, aun, un juguete valioso.
Ahora generalizo y me pregunto sobre la necesidad de los Juguetes para los Ancianos. Juguetes que pueden ser materiales, intelectuales y de otros tipos,
Además medito sobre la naturaleza del juego en si mismo en las diversas épocas de nuestra vida.
En el presente debido a la tendencia economicista cultural, todos los ancianos somos considerados como jubilados, es decir, NO PRODUCCTIVOS y una carga para la sociedad. Esto se ha infiltrado en todos nosotros de tal manera que nos consideramos ya como objetos inútiles y desechables. Diciéndolo brutalmente